¿Cómo puedo controlar las cantidades que como?
¿Cómo puedo controlar las cantidades que como?
Esta es una de las preguntas más habituales cuando queremos comenzar un proceso de mejora de nuestra alimentación.
Me he propuesto comer más sano, consigo realizar cambios en mi alimentación y optar por mejores opciones a la hora de hacer la compra incluso he empezado a hacer más ejercicio, pero … nada, no veo cambios ni en mi peso ni en mi apariencia, pero..
¿Cómo puedo controlar las cantidades que como?
si no soy capaz de parar de comer
Si queremos adelgazar no basta con comer saludable, las cantidades cuentan y crear un balance energético negativo es fundamental.
¿Qué es el balance energético?
Es la diferencia entre la energía en forma de calorías ingerida a través de los alimentos y el gasto de energía que realiza tu cuerpo . Comprender este concepto para emplearlo en nuestra rutina es el pilar más importante para un correcto estado de salud y prevención de la obesidad .
Cuando el balance energético es negativo, significa que se están consumiendo menos calorías de las que tu cuerpo gasta, de tal forma que el restante de energía que requiere tu organismo lo obtendrá de recursos internos, idealmente de la grasa corporal.
Al contrario, cuando el balance energético es positivo, se consumen más calorías de las que tu cuerpo gasta y esta energía “extra” se almacena en nuestro organismo, principalmente en el tejido adiposo, entonces…
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¿Cómo puedo controlar las cantidades que como?
Cuando el gasto de energía es superior a la ingesta de energía, se perderá peso y cuando la ingesta de energía rebasa el gasto energético, se ganará peso.
La teoría puede resultar bastante sencilla, pero al llevarlo a la práctica nos podemos topar con algunas dificultades en el camino.
Se ha podido observar que, las personas que tienen obesidad e intentan seguir una dieta baja en calorías frecuentemente encuentran problemas a la hora de estimar la cantidad de calorías de las comidas y alimentos que ingieren .
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No sólo nos alimentamos para nutrirnos, comer es un acto social y también emocional. La conducta de alimentarnos se produce en respuesta a diversos factores como necesidades fisiológicas, búsqueda de placer o bien aspectos sociales y culturales .
Debemos alimentarnos para nutrirnos y no para calmar emociones
Hoy en día, muchos eventos, celebraciones o reuniones giran alrededor de la comida e incluso comer cantidades exageradas y de forma abusiva parece estar relativamente aceptado en la sociedad. Muchas veces a los niños desde pequeños se les premia sus logros con comida, y en la mayoría de los casos dulce, hipercalórica y rica en azúcares y grasas; vaya, comida bastante lejos de llamarse saludable.
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La alimentación emocional implica comer en respuesta a situaciones negativas como el estrés, preocupaciones, ansiedad o sentimientos como la tristeza, el dolor o el enfaco con la finalidad de recuperar la tranquilidad y paz.
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Tomar un alimento que nos resulta apetitoso nos proporciona placer, reduciendo la sensación de estrés y el consumo de manera repetida de estos alimentos con altas calorías produce un “efecto reforzador” similar al que sucede en abuso de alcohol y otras sustancias .
¿Hambre o apetito?
Quizás te has visto en esta situación alguna vez: acabas de comer un plato en cantidades adecuadas, te sientes saciado, pero… quieres algo dulce de postre y te preguntas ¿realmente sigo teniendo hambre o simplemente me apetece algo dulce?
¿Cómo puedo controlar las cantidades que como?, si me apatece algo dulce.
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Sentir hambre deriva de la necesidad de alimentarnos con el fin de poder mantener las funciones del organismo, a diferencia del apetito, que es el deseo de tomar un alimento específico normalmente rico en grasas y azúcares .
El momento en el que comienza la comida, la cantidad y tipos concretos de alimentos consumidos, suponen una conexión entre nuestros órganos, tejidos y sistema nervioso central. En este artículo te daremos tres consejos relacionados con la alimentación para los casos en los que no sabemos controlar cantidades porque tenemos dificultades para parar de comer.
- En primer lugar, reflexionar sobre si sentimos hambre o apetito puede ser un buen comienzo de cara a identificar nuestras sensaciones internas. Como comentamos anteriormente el hambre y el apetito son dos conceptos diferentes pero que en ocasiones no somos capaces de diferenciar.
- Por otro lado, a la hora de controlar las porciones, se ha demostrado que utilizar herramientas sencillas con dibujos de las raciones en platos puede ser útil para conseguir pérdidas de peso.
¿Conoces el plato de Harvard?
El plato de Harvard es un plato guía útil para visualizar las porciones de comidas saludables y equilibradas. Puede ser una buena idea tener una visión mental de cómo deben ser las raciones de nuestro plato incluso se podría imprimir y tenerlo en colgado en la nevera para cuando se necesite.
- Por último, resulta interesante hablar del mindfulness. El “mindfull eating” o alimentación consciente puede ser una estrategia que nos ayude si sentimos que perdemos el control de la comida en el contexto en el que desaparece el hambre fisiológico.
Mindfulness es el “estado de conciencia plena de cuerpo y mente, que involucra estar presente y sin juzgar en las experiencias vividas en cada momento” . Este concepto aplicado a la alimentación consiste en ser más conscientes de los alimentos que estamos consumiendo y ser capaces de identificar nuestras sensaciones.
Las personas consideradas como comedores emocionales son aquellas que en caso de sentir estrés recurren a consumir altas porciones o cantidades de alimentos a diferencia de los comedores no emocionales que ante la misma situación de estrés no cambian su consumo de alimentos .
- Cuando un comedor emocional comienza a comer y pretende poner en práctica la estrategia del mindfulness eating, puede centrarse en las características del alimento ¿cómo huele? ¿a qué sabe? ¿cuál es su textura?, comer despacio y masticar bastantes veces además de prestar atención a las emociones internas que está viviendo.
Estos tres consejos pueden ayudarte en el control de las raciones a la hora de afrontar este problema alimenticio, pero recuerda que el hambre emocional no solo debe tratarse desde el ámbito de la nutrición, profesionales de la salud mental y el tratamiento psicoterapéutico son un pilar esencial e irremplazable para solucionarlo.
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