Alimentos hipercalóricos: ¿Por qué me apetece tanto esa hamburguesa?
¿Por qué consumimos tantas comidas hipercalóricas?
Cada vez son más las familias que comen fuera de casa, además, de ser un hecho más habitual. Los avances de la sociedad nos permiten disfrutar de un mayor número de actividades de ocio, entre ellas, comer en restaurantes de “fast food” es un hecho que nos incumbe en cuanto a la salud de la población española.
¿Sabías que la pizza es el segundo alimento más consumido dentro de casa?
Se ha observado un incremento en el gasto económico dentro del domicilio, pero no por un mayor volumen de alimentos. Como también un aumento en el consumo de comidas preparadas que dejan un menor margen para el consumo de alimentos frescos, en hogares de jóvenes.
Los hogares de personas retiradas son los que mayor adhesión al patrón de dieta mediterránea tienen, consumen más alimentos frescos y tradicionales1.
Pero, realmente, esto son medias y datos obtenidos del mayor número posible de hogares que se encuentran en el territorio español. Ahora bien, ¿Cuál es tu mayor alimento consumido en casa? ¿Qué comes cuando sales fuera?
¿Por qué nos apetecen más este tipo de alimentos?
A grandes rasgos estamos muy condicionados por la publicidad y el marketing según los registros del MAPAMA en las últimas encuestas realizadas. Al ser una sociedad que se mueve en torno a internet, nos guiamos por más estímulos audiovisuales como la publicidad de comida o establecimientos. Estos anuncios que solemos encontrarnos cada vez que queremos ver vídeos o fotografías en internet apenas tienen enfoques saludables o son muy escasos como encontramos en la televisión.
Por otro lado, la composición principal de estos alimentos son las grasas que, además, suelen ser en su mayoría saturadas, y es el componente que dota de palatabilidad a los alimentos. Es decir, un alimento más graso está más rico que uno bajo en grasas. Pero como ya hemos visto en posts anteriores, una dieta sana y equilibrada está basada principalmente en alimentos de alta densidad nutricional y no energética, como es el caso de este tipo de comida.
¿Por qué no son una buena opción?
Como todo en esta vida: en el equilibrio está la clave. Uno de los grandes problemas de la sociedad de estos tiempos es nuestro día a día. ¿Te has parado a pensar que comemos a lo largo del día? Y, ¿a lo largo de una semana?
Pongamos un ejemplo: una pizza congelada que consumimos en casa tiene 240 kcal por cada 100g, pero ¿Comemos solo 100g de pizza? Realmente esta pizza pesa 400g por lo que, si nos la comemos entera, estaríamos comiendo casi 1000kcal2.
Claro, que no nos la comemos sola o con agua, una lata de refresco azucarado contiene 140 kcal en forma de azúcar3 o una lata de cerveza 150 kcal con su respectivo contenido en alcohol4.
Como vemos ya obtenemos un exceso de calorías por un lado, estas constituyen más de la mitad de las calorías que un adulto sano necesita consumir en un día, mientras que por otro lado, analizamos sus nutrientes:
Los ingredientes principales de esta pizza que hemos puesto como ejemplo son harina de trigo, queso emmental y bacon (en orden de aparición).
La harina de trigo se trata de una harina refinada. Una harina refinada es aquella que ha sido desprovista de sus nutrientes más interesantes que son el germen y el salvado. Estos son la parte del grano donde se encuentra la mayoría de la fibra, vitaminas y minerales. Por lo que la harina de trigo es el almidón (en torno a un 90% de glucosa) de la planta molido.
El queso emmental5 se compone principalmente por grasas saturadas (en torno a un 70%) y por proteínas (30% aprox.), el bacon5 tiene un contenido alto en colesterol.
Por lo que lo que realmente estamos consumiendo en una sola comida son carbohidratos refinados, grasas saturadas y colesterol. Claro que hay nutrientes que son beneficiosos, de hecho, los propios (CH, grasas saturadas y colesterol) son necesarios en nuestra alimentación diaria. El problema viene con las cantidades ya que un exceso de estos nutrientes puede desencadenar problemas en nuestra salud o agravarlos. Numerosos estudios recogidos en las Guías para la prevención cardiovascular de 2016 así lo recomiendan.
Nuestro día a día:
Entonces, respondiendo a la pregunta de arriba, ¿qué pasa cuándo comemos a diario este tipo de alimentos ultraprocesados?
Por ejemplo, en el estudio ALADINO se refleja como el mayor porcentaje de niños escolares, su desayuno más habitual, es un lácteo con galletas o cereales y, el segundo, es un lácteo con bollería.
Aunque se sigue estudiando, cada vez hay más evidencia científica que correlaciona el consumo de alimentos ultraprocesados con una mayor incidencia de sobrepeso y obesidad6, además, su consumo se ha triplicado en los últimos años, así como la cantidad de azúcares libres presentes en dichos alimentos7.
Estudios realizados en otros países ponen de manifiesto que el consumo de este tipo de alimentos (ricos en carbohidratos, azúcares libres, sodio, y grasas saturadas) ha aumentado en detrimento de otros nutrientes más interesantes como la fibra y vitaminas 8 9. Y como estos alimentos son capaces de mermar la salud de las personas10 11 12.
Estas son unas de las numerosas razones por las que no consumir a diario alimentos ultraprocesados ni comidas hiper calóricas, pero ¿qué ocurre si una vez a la semana o cada dos semanas realizamos una comida de estas características? Nada. Tener un día de superávit calórico en una semana o cada dos semanas hará que nuestro balance calórico siga siendo estable sin llegar a acumular un exceso de grasa en nuestro cuerpo. De hecho muchos dietistas-nutricionistas pueden utilizarlo como un recurso más en la pérdida de peso13 como expone también Fitness Revolucionario 14 donde nos plantea diferentes estrategias para llevar a cabo una comida trampa o “cheat meal”.
Espero que con estos datos tan interesantes seas capaz de tomar la decisión que sin duda mejorará tu día a día. Ven y consulta en Centro Pronaf a nuestro equipo de nutrición y empieza a comer más sano, saludable y mucho más adecuado a tu día a día.